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domingo, 14 de junio de 2009

Las aguas, a su cauce.


Parece que las aguas empiezan a volver a su cauce. A pesar de la cena del viernes y la comida de ayer sábado (ambas de compromiso), la semana pasada empecé a tomar conciencia de que tenía que ponerme las pilas. Volví a hacer bici un par de días (la foto es del miércoles pasado), y hoy llevo todo el día haciendo una inducción casi impecable, así que estoy contento. No me gusta nada esa sensación de no verme bien con nada que me ponga, de notar que el pantalón aprieta, y de que los michilines y la tripa se marquen más de lo deseable en las camisetas. He tenido más (mucho más) que suficiente de cervezas y de comidas y cenas repletas de carbonidratos de la peor calaña... así que tendré que volver a acostumbrarme a seguir con mi vida social, pero libre de los alimentos y caprichos que hacen que engorde a toda velocidad. Ya os iré contando qué tal va la semana...

martes, 9 de junio de 2009

Kilos, helados y exponencialidad.


De mis clases de matemáticas del instituto no tengo más que recuerdos difusos, la verdad. Por eso no recuerdo muy bien la diferencia entre el crecimiento aritmético y el exponencial. Me suena vagamente que el exponencial era el que reflejaba un aumento más pronunciado. En fin, que el caso es que esto del crecimiento exponencial me viene que ni pintado para explicar la evolución de mi peso: aumento exponencial. No voy a tratar de justificarme (tod@s sabemos que es inútil), pero en mi descargo diré que mi vida social se ha venido intensificando últimamente, y que los hados se han confabulado para que las comidas y cenas hayan sido, además de numerosas, copiosas y bien cargadas de hidratos de carbono.

Después de cierto tiempo obviando la existencia en mi cuarto de baño de algo llamado "báscula", hace unos días me subí a ella, temblando como un perrico en la consulta del veterinario. Al subirme, apareció una cifra que no quiero ni recordar, la típica cifra que en un concurso de la tele haría que el concursante dijese "vale, me planto". Había tocado fondo. Esto fue hace unos días. Desde entonces, me estoy preparando mentalmente para volver al buen camino. Bueno, lo de "mentalmente" es un decir, porque prepararme significa sobre todo acabar con la caja de cerezas que me trajeron del pueblo mis padres, y de paso dar buena cuenta de la caja de helados sin azúcar del mercadona, que no deja de ser un engañabobos (entre cuya lista -la de los bobos- me incluyo sin complejos), dado que al ser sin azúcar, comes más que si fuesen helados normales. Además, tengo una cena el viernes y una comida el sábado, así que creo que el próximo domingo va a ser la fecha elegida para volver al buen camino... Esta vez sí.