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lunes, 26 de enero de 2009

Hablemos, hablemos...


En el post anterior citaba uno de los libros sobre salud y dietética que más me ha gustado e influido: Hablemos de adelgazar, del doctor Álvaro Luengo. El libro, escrito de forma rigurosa y aun así muy amena, está orientado a definir la obesidad, señalar sus consecuencias sobre la salud y repasar las distintas soluciones que se le han venido dando.

En uno de los apartados del libro, el autor revisa distintas dietas y métodos en un tono científico, sincero y (tal vez por todo ello) no exento de un punto de saludable humildad, de esa misma de la que carecen la mayor parte de autores de libros de dietas (que suelen creerse en posesión de la Verdad). En este post quiero reflejar lo que dice el autor sobre Atkins, tratando de resumir las páginas que le dedica en su libro (pp. 151 a 156).

Hablando de la publicación en 1972 de la primera edición de La revolución dietética del Dr. Atkins, dice el doctor Luengo:

El cardiólogo norteamericano Robert C. Atkins (...) desarrolló en la década de 1960 una drástica y revolucionaria dieta (...). Las consecuencias de su irrupción en el mundo de la dietética fueron tremendas. Sus teorías fueron inmediatamente demonizadas por la comunidad científica, a pesar del elevado porcentaje de practicantes que consiguieron sorprendentes e indudables resultados (aunque no siempre exentos de problemas).

A continuación, hace un repaso de las cuatro fases de la dieta (inducción, pérdida progresiva de peso, premantenimiento y mantenimiento), demostrando que el autor sabe de qué habla (no como muchos otros que hablan de esta dieta sin conocerla). Por ello, son aún más interesantes los comentarios y la crítica que realiza:

Las críticas a esta dieta han sido muy feroces y de todos los colores: que es una dieta carente de base científica (aseveración muy dudosa, como ya hemos visto), que produce acetona (afirmación que sí es cierta, aunque Atkins le quiere dar la vuelta a la tortilla y presentarlo como una ventaja (...)), que sube los niveles de colesterol y ácido úrico, que altera los niveles de potasio y que puede llegar a provocar arritmias... Y todo eso podría suponer la aparición de posibles complicaciones muy a tener en cuenta.

Después de aclarar (supongo que para curarse en salud) que él no pediría a ningún paciente que realizase la dieta, a no ser que pudiera ingresarlo en una clínica y pudiera realizarle así todas las revisiones y analíticas que considerara oportunas, termina el autor reconociendo que:

(...) hay que abrir los ojos y darse cuenta de que sus seguidores [de la dieta Aktins] se han apoyado siempre en un hecho indiscutible en el que los científicos no han querido nunca centrar su atención: que la dieta funciona espectacularmente en un elevado porcentaje de casos.

Para terminar, una reflexión que hace el autor unas pocas páginas antes, hablando de Kekwick y Pawan (dos investigadores precursores de las dietas bajas en hidratos de carbono). Acerca de estos, afirma Luengo:

A pesar del prestigio de los investigadores, los resultados de sus estudios fueron acogidos con escepticismo una vez más, aunque actuaron como disparadero de una intensa controversia que se mantiene hasta nuestros días (...). Lamentablemente (...), la comunidad científica en general continúa sin aceptar la validez de las dietas bajas en carbohidratos (...), aferrándose al mencionado principio de que "una caloría es una caloría " y alegando que "no se ajustan a las teorías científicas actuales", llegando al absurdo en su pretensión de que sea la realidad la que se tenga que ajustar a la teoría en lugar de ser la teoría la que se encargue de explicar los resultados obtenidos en la práctica.

No sé a vosotr@s, pero a mí, este doctor me inspira verdadera confianza.

3 comentarios:

PRIMAVERITIS dijo...

:) muy bueno, lo voy a buscar para leerlo, ya veo que tu también eres de los obsesivos que cuando le da por un tema lee todo lo que cae en sus manos ;)
la verdad es que con Atkis más nos vale estar bien parapeteados con información y convicción porque lo pesada que se puede llegar a poner la gente llamándonos salvajes suicidas.......
(tres kilos doscientos, y bajando... ;)))))))

Pep Manel dijo...

Siempre interesantes tus comentarios... Existen tantas cosas que podemos sentir y experimentar pero como la ciencia no tiene explicación simplemente: ¡No existen!
Creo que perder peso nunca debería ser un objetivo... mejorar la salud si, pero desgraciadamente eso vende muy poco! Es como dar a elegir a la gente ¿qué prefieres ser obeso o cardiópata? Un sinsentido... ánimo con tu blog!

siempreadieta dijo...

Primaveritis, enhorabuena por tus progresos!!

Pep Manel, coincido completamente con lo que dices sobre lo de mejorar la salud...

Saludos a todo el mundo!!