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sábado, 10 de enero de 2009

¡De rebajas (de autoestima)!


Hoy me he entregado por un par de horas a esa locura capitalista que es "ir de rebajas", aunque, eso sí, en calidad de mero acompañante. Mientras peregrinábamos de tienda en tienda por un concurrido centro comercial (al parecer, la crisis ha propiciado unas rebajas históricas), iba contemplando con asombro lo delgada que está bastante gente, y lo gordo seboso que me veía yo en comparación... La verdad es que ha sido toda una cura de humildad, después de unos días de euforia por el peso y el volumen que he ido perdiendo desde el día 2, y me ha servido para recordarme que aún me faltan unas cuantas semanas más (por no decir unos pocos meses más) para procurar volver a mis 83, que es la cifra con la que me encuentro bastante bien.

Una cosa que no entiendo demasiado es por qué de mucha ropa solo se encuentran tallas propias de anoréxic@s. Imagino que las tallas "medias" y las "grandes" se agotan rápido, e imagino que en las tiendas queda un importante stock de prendas "pequeñas" e "ínfimas" que realmente no sé qué harán luego con ellas. Hoy mismo había una parka muy chula, pero de talla M. He preguntado si les quedaba esa misma parka en talla L o XL, y la dependienta me ha mirado como si le hubiera preguntado por el coño de la Bernarda (con perdón). Tampoco entiendo la manía que les ha dado a muchas marcas de ropa masculina de hacer todas sus prendas super ajustadas ("slim fit", las llaman algunos) , y que solo son adecuadas para tíos hiperdelgados o algo cachitas, pero nefasta para los que lucimos algún que otro kilo extra. (Alguna vez, por equivocación, me he llegado a probar algún jerseicito ajustado de punto y... a punto he estado de caer fulminado por la visión que me devolvía el espejo: ¡parecía el muñeco de Michelín!).

¿Pero no dicen que el sobrepeso y la obesidad se están extendiendo como una plaga bíblica? A juzgar por los escaparates y los maniquís, parece que esté ocurriendo justo lo contrario. En fin, que allá se las compongan Dolce y Gabanna, y Kalvin Klein y Zara y la madre que los trajo a todos, y ojalá vayan todos a la ruina ahogados por stocks de toneladas de ropa "slim fit" que no le cabe ni a la momia de Tutankamón.

Pues eso, que he salido del centro comercial con mi autoestima suficientemente rebajada. Pero con mi VISA intacta. ¡Eso que me llevo por delante!

2 comentarios:

Melora dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, lo de las tallas de digno de estudio.
En fin, por suerte la crisis ha hecho que este año hayan mas tallas en las rebajas, y es que no hay mal que por bien no venga

Maran dijo...

Hola, he conocido tu blog a través de otra gente, me ha parecido muuy interesante lo que nos cuentas...tienes madera de escritor!!un saludin